domingo, 2 de noviembre de 2014

El futuro del mundo: ¿Geoeconomía bipolar?


Por Dmitri Trenin

En un evento en Pekín a mediados de octubre, un académico chino dijo que la visión de un mundo multipolar, central en la política exterior china, era en realidad poco factible — debido a la mera inexistencia de múltiples polos. De hecho, dijo, actualmente solo se ven dos polos: Estados Unidos y China. Todos los otros países deberán decidir con quién alinearse. Varios en el público asintieron e incluso hubo quienes sugirieron que entre las filas del Partido Comunista chino hay muchos que piensan así, a pesar de la doctrina declarada oficialmente.

Los eventos políticos ocurridos durante este año parecen dar validez a una emergente bipolaridad. La crisis ucraniana ha puesto fin a las esperanzas de Rusia de construir una "Gran Europa" o formar una alianza estratégica con Japón. La Unión Europea intenta cortar sus lazos comerciales con Rusia y el primer ministro japonés Shinzo Abe ha tenido que abandonar la idea de formar un nexo estratégico con Moscú. Japón y Europa parecen estar alineados con Estados Unidos. Rusia, por su parte, ante las sanciones occidentales, ha tenido que intensificar sus relaciones con China. Como el académico chino dijo: no les queda otra opción.

Varias tendencias geoeconómicas fundamentales apuntan hacia la misma dirección.  Como Konstantín Simónov expuso en su columna en el diario ruso Vedmosti, la reindustrialización en Estados Unidos gracias a la caída de los precios en la energía y el alza en la mano de obra asiática permitirían resucitar el espacio económico panamericano desde Canadá hasta Chile, con Estados Unidos a su centro. Europa, Japón y Australia ya parecen estar alineándose con Estados Unidos a través de alianzas trasatlánticas y transpacíficas. Por su parte, China está trabajando en expandir su consumo interno y consolidar lazos con países vecinos en Asia.

Las iniciativas del presidente Xi Jinping, anunciadas en 2013 sobre el Cinturón Económico Ruta de la Seda apuntan a los dos principales ejes de la expansión geoeconómica china. Pekín tiene los ojos puestos en Asia Central y el Sudeste Asiático como áreas principales para expandir la inversión y el comercio. Eurasia y el Subcontinente Indio son los siguientes. Si estos planes se implementan con éxito, la futura Sinoesfera económica, o Gran Asia, abarcará los países del Golfo Pérsico, las costas del Mar Negro y el Báltico e incluirá países como India, Indonesia, Irán, Pakistán y Rusia.



Puede que la regionalización sea efectivamente la siguiente etapa en la globalización. La competencia entre macroregiones será esencial en la geoeconomía y geopolítica internacional. A diferencia de las primeras etapas de la globalización, las normas y principios de los principales actores estarán en disputa activa.  No se puede descartar la posibilidad de que esta disputa no sea siempre pacífica.  La geoeconomía de por sí no puede forjar un nuevo orden global estable. Como los eventos de los últimos meses han mostrado, la geopolítica siempre está detrás alterando el resultado final del proceso, sobretodo cuando se la ignora.  Un mundo de varios polos más o menos iguales no se ve posible. Pero no cuenten con una bi-hegemonía sino-estadounidense. El mundo que se viene será más caótico, pero mucho más interesante.

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